Tres semanas ha durado la demolición del tercer y cuarto anfiteatro de las gradas del conocido Fondo Sur del estadio de fútbol Santiago Bernabeu, en Madrid. El miércoles 7 de junio tuvieron comienzo las obras cuyo objetivo fundamental era pasar de 1.600 butacas a 2.000 en la zona anteriormente ocupada por los famosos Ultra Sur, además de bajar 50 cm la cota de dichos anfiteatros.

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La obra era de la empresa Fomento que contrató a dMol los trabajos de demolición y evacuación del residuo. dMol es una joven empresa, que comenzó a estar operativa el 1 de septiembre de 2016, cuyo gerente, Adolfo García, ingeniero de minas con más de 25 años de experiencia en el sector de las demoliciones mecánicas y demoliciones con explosivos, compagina con otra empresa de gestión de amianto de su propiedad que posee en Santiago de Chile.

Para dichos trabajos dMol contaba con tres robot eléctricos Brokk 180 a los que hubo que sumar otros tres Brokk 330, pertenecientes a la empresa gallega Re-Corta, que mediante un acuerdo de colaboración estuvieron trabajando también en dicha obra. Las tres unidades de gran tamaño se dedicaban a la demolición del hormigón, ya que llevaban montados martillos hidráulicos, mientras que las tres unidades 180 de dMol compaginaban los trabajos de demolición, con dos martillos hidráulicos Atlas Copco SB 410 y un NPK E202, con los trabajos de evacuación del escombro, para lo que montaban cucharas para la carga del escombro en los motovolquetes.

El escombro generado alcanzó un volumen de 500 m3 y había de dos naturalezas diferentes al 50%. Por un lado se encuentra un hormigón en masa y por otro un hormigón con ferralla y fibra para su endurecimiento. La presencia de ferralla en el 50% del hormigón obliga a que un operario se encuentre cortando las varillas de metal para favorecer al transporte de los bloques de hormigón. En la obra trabajaban 9 operarios, todos bajo el control de Javier González Menéndez, responsable de producción de dMol.

El escombro de hormigón generado era cargado por los Brokk 180 en tres motovolquetes Ausa que transportaban el residuo 150 metros desde el campo hasta la zona exterior del estadio por medio de un túnel de servicio. En el exterior era depositado en contenedores de obra hasta su traslado a la planta de valorización por el correspondiente gestor autorizado.

El Brokk 180 es un equipo versátil eléctrico de pequeño tamaño que tiene un peso de 2.030 kg y un motor ABB de 18,5 kW de potencia. Por su parte, el Brokk 330 es una unidad igualmente eléctrica de 4.200 kg de peso, accionada por un motor de 30 kW que pueden montar implementos de hasta 550 kg. Ambos modelos, así como toda la gama Brokk, es distribuida en España por la empresa madrileña Anzeve.

La obra finalizó dentro del tiempo previsto sin mayores contratiempos, todo ello gracias a la veteranía de Adolfo García y a la excelente gestión de Javier González, como responsable de producción.