Justo en el corazón de la capital del estado de Baviera, en el distrito de Lehel, se puede ver el símbolo histórico de la iglesia parroquial católica de Santa Ana desde la distancia. Este edificio, construido en estilo neorrománico, se encuentra en el centro de la plaza epónima de Santa Ana y se situa justo enfrente de la iglesia de la abadía de Santa Ana. Entre las dos iglesias hay un edificio residencial de la década de 1950 que se eliminará del paisaje de la ciudad debido a su muy pobre estado estructural.

Bauer Umwelt, de la división medioambiental de Bauer Resources GmbH, se encargó de la demolición, de la zona de excavación y de la gestión del agua.

En solo cinco semanas, el responsable de operaciones, Jan Uhlig, y su equipo se prepararon para la inminente demolición en 230 m2, destruyendo por completo el edificio de cuatro pisos y eliminando contaminantes como asbesto, SVF y PCB. En una operación nocturna a principios de julio, se trajo la excavadora de demolición, una Hitachi ZX350 Longfront, para comenzar con la demolición y remoción de la armadura del techo.

Durante una semana, la excavadora trabajó con cuidado y precisión de piso a piso y generó aproximadamente 3.000 t de escombros en el proceso. Puede parecer fácil, pero en general fue un trabajo laborioso para el operador de la máquina Heiko Gruschwitz, ya que apenas había espacio para mover la excavadora Longfront, que pesa 44 t y tiene una longitud de brazo de 24 m. La retirada del material de demolición también supuso un desafío logístico debido a las estrechas calles del casco antiguo de la ciudad.

“Cada movimiento tiene que ser correcto; necesita planificar con precisión cuándo llevar a cabo qué pasos”, dice Erwin Resch, capataz senior de la división Bauer Umwelt, hablando de muchos años de experiencia con proyectos similares. Sin mencionar que el área alrededor del sitio de construcción está ocupada: servicios en las iglesias circundantes, un banco de alimentos administrado por el monasterio y un mercado de agricultores semanal, todo en las inmediaciones. Por respeto a los residentes, la demolición se detuvo durante dos horas cada día alrededor del mediodía.

Se tomaron otras precauciones estrictas para proteger a los vecinos y los edificios circundantes minimizando las perturbaciones causadas por el ruido y las emisiones. “En parte, esto fue posible porque el edificio fue demolido de afuera hacia adentro”, explica el gerente de iperaciones Jan Uhlig de la división Bauer Umwelt. Cuando era imposible mantener una distancia segura de los edificios adyacentes, por ejemplo, se utilizó una cortina de demolición. El equipo de Bauer Umwelt utilizó cañones de agua para minimizar la producción de polvo. “Una buena preparación y un enfoque cauteloso y amigable con los vecinos fueron inmensamente importantes tanto para nosotros como para el constructor-propietario. Más bien, fue incluso una parte integral del procedimiento de adjudicación y, en última instancia, también fue decisivo para nuestra puesta en servicio”, enfatiza Erwin Resch y agrega: “La demolición de un edificio de cuatro pisos en los espacios más reducidos no es un asunto fácil”.

Y eso no es todo: debido a que el agua subterránea en esta área es muy alta, el pozo de excavación que se construirá después de la demolición debe estar completamente asegurado por los expertos de Bauer Spezialtiefbau GmbH. Esta es la única forma de garantizar la estabilidad e impermeabilidad al agua. Para ello, se instalarán en profundidad 800 m2 de muro de pilotes secantes y 400 m3 de apuntalamiento HDI. Después de esto, se puede completar el pozo de excavación de 1.600 m3. “Si todo sale según lo planeado, y asumimos que así será, concluiremos el proyecto según lo programado para fin de año a pesar de todos los desafíos involucrados”, afirma Jan Uhlig con confianza.

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