
Reciclajes Camacho en la restauración de huecos mineros con RCD en La Sagra, Toledo
Información de Fueyo Editores
La Sagra, en la provincia de Toledo, es una comarca que se caracteriza por la abundancia de las arcillas que allí aparecen, unos materiales de origen sedimentario que se formaron durante el Mioceno en ambientes lacustres y fluviales.
La elevada calidad y abundancia de estos filosilicatos han convertido a La Sagra en uno de los grandes reservorios de España, floreciendo durante décadas empresas fabricantes de ladrillos y tejas. Muchas de estas compañías quebraron o cesaron su actividad a partir del año 2008, cuando la economía española se desplomó y el sector de la construcción cayó a mínimos históricos, dejando importantes afecciones en el terreno por la imposibilidad de restaurar las zonas donde se extrajeron las arcillas.
Hoy en día, muchas de estas antiguas explotaciones mineras siguen sin restaurarse, convirtiéndose en zonas de vertido incontrolado, áreas peligrosas por falta de seguridad, espacios visualmente poco atractivos, etc.
Reciclajes Camacho es una empresa familiar con varios años de experiencia en el reciclaje de residuos de construcción y demolición. No se trata de un gestor de RCD al uso, es una compañía especializada en la recuperación de espacios integrales, concretamente antiguas canteras y graveras, mediante la utilización de RCD. Entre su amplio historial más reciente se encuentra la restauración de una vieja gravera de la empresa Aricam en Toledo, muy cerca de la provincia de Madrid, donde se recuperó el terreno con árido reciclado, siendo hoy en día un excelente olivar.
Es por tanto Recicam el gran especialista nacional en la restauración de pasivos mineros con residuos de construcción y demolición, realizando dos labores sociales muy encomiables. Por un lado, se hace cargo de un hueco minero que la administración no tiene medios para revertir y, por otro, utiliza RCD que terminarían en un vertedero de inertes o de no peligrosos, cuando no como vertidos ilegales en zonas no preparadas para ello. Por lo tanto, Reciclaje Camacho aúna en cada uno de sus grandes proyectos una actividad empresarial con un compromiso social, habiéndose convertido es un referente tanto en la restauración de huecos mineros como en la gestión de residuos de construcción y demolición.
LA NUEVA PLANTA DE RECICLAJE DE NUMANCIA DE LA SAGRA
El último gran proyecto que ha iniciado Recicam hace unos meses ha sido el complejo de reciclaje de Numancia de la Sagra, en Toledo. Para ello, la empresa compró la antigua compañía Cerámicas Hermanos Jerez, fabricante de ladrillos y tejas, que contaba en el km 28 de la CM4004 con unas amplias instalaciones que aglutinaban la zona de fabricación, una importante extensión para el almacenamiento de material terminado y diversos huecos mineros de varias décadas de extracción de arcillas.
En dichas instalaciones Reciclajes Camacho ha creado un gran complejo de reciclaje de residuos de construcción y demolición, donde se extraen las fracciones pétreas de calidad de los RCD y las fracciones no pétreas y los materiales de peor calidad se destinan a la restauración de los huecos mineros.
Para ello ha utilizado las antiguas naves de la empresa Cerámicas Hermanos Jerez y ha construido unas estructuras techadas para albergar en su interior las zonas de descarga de los RCD homogéneos y limpios. “Actualmente contamos con 12.000 m2 de superficie cubierta, aunque queremos duplicar dicha superficie en los próximos meses”, aclara Manuel Camacho, presidente de Recicam.
EL TRATAMIENTO DE RCD EN LAS INSTALACIONES DE RECICAM
Las nuevas instalaciones de Recicam en Numancia de la Sagra son un amplio complejo sobre una estructura de 16 hectáreas donde se ubican las oficinas, las naves y estructuras para el almacenamiento de los RCD, las zonas de valorización de los RCD, los acopios de áridos reciclados en función de su naturaleza y granulometría, y los huecos mineros que se están restaurando.
En uno de los extremos de las instalaciones se encuentra una báscula donde los camiones que ingresan en la planta se pesan y un operario les indica en qué zona deben descargar en función de la naturaleza de los RCD recepcionados. “Actualmente la gran mayoría del material que recibimos es homogéneo. Tenemos una media de 200 camiones al día, lo que supone entre 4.000 y 5.000 t de admisión diarias”, explica Emiliano Terciado, director comecial de Recicam. La mayoría de los clientes que llevan el RCD a las instalaciones de Recicam son empresas de demolición de la zona.
Aunque la parcela total supera las 16 hectáreas, las zonas cubiertas, las áreas de trabajo exteriores y los acopios se encuentran sobre una superficie de 6 hectáreas.
Línea de tratamiento
Para el tratamiento de RCD limpios u homogéneos se han montado dos líneas en paralelo: una para los RCD menos limpios, de mayor granulometría y sin presencia de tierras y otra para los más limpios, de menor granulometría y con mayor cantidad de arenas. Ambas líneas se encuentran bajo dos impresionantes estructuras que mitigan los efectos del viento en la zona.
La línea preparada para granulometrías más sucias y de mayor tamaño se acopian bajo la zona protegida y una excavadora es la responsable de cargar un grupo móvil sobre cadenas Kleemann Mobirex MR 122 ZI. Esta unidad móvil monta un triturador de impacto que reduce el 20-600 mm de alimentación a un tamaño de salida de 0-100 mm. Este equipo dispone bajo la tolva de un alimentador-precribador que permite separar la granulometría 0-20 mm antes de los procesos de trituración. Esta fracción se evacúa por un transportador lateral, que cae sobre una cinta transportadora móvil Kleemann Mobibelt MBT 24I, que acopia el material directamente en el suelo.
La fracción 0-100 mm obtenida del grupo móvil se acopia en el suelo y es un material apto para la restauración del espacio minero. Mediante una cargadora de ruedas se alimenta a los dúmperes articulados que lo transportan y depositan en las zonas a restaurar.
La segunda línea de tratamiento del RCD más limpio, de menor tamaño y con mayor presencia de tierras es manipulada por una excavadora que carga otro grupo móvil Kleemann Mobirex MR 130i Pro, un equipo automarchante sobre cadenas con alimentador-precribador, que extrae la fracción 0-20 mm previamente a la entrada del material en el molino impactor. Este grupo móvil cuenta también con criba en cabeza del transportador principal y un sistema de retorno para la retrituración del rechazo de la criba. El grupo se alimenta con el todo-uno 0-600 mm, entrando en el molino impactor el 20-600 mm, que tras los procesos de reducción sale a una granulometría 0-40 mm. La criba en cabeza corta el material en 0-25 mm, que se acopia en el suelo, y 25-40 mm, que mediante el sistema de retorno se vuelve a enviar al molino impactor para su retrituración. En función de las granulometrías de áridos reciclados demandas en la zona, el tratamiento es uno u otro. Así, cuando se requieren fracciones pequeñas, Recicam dispone de un grupo móvil Kleemann Mobiscreen MSC 703i Evo de tres paños para la obtención de 4 granulometrías diferentes. Se alimenta con la fracción 0-100 mm y se obtienen los tamaños 0-4, 4-8, 8-12 y 12-100 mm. Las tres primeras se almacenan en sus respectivos acopios y la fracción 12-100 mm se envía a retrituración a la línea de valorización donde se trata el material homogéneo más limpio.
Por último, hay una zona específica para tratar el RCD de hormigón que se recibe en la planta. Un grupo móvil Kleemann MC 120i Pro con machacadora de mandíbulas es el responsable de reducir el hormigón limpio para dar una granulometría de salida de 0-40 mm. A partir de esa fracción, con el grupo móvil de clasificación se obtienen el resto de tamaños en función de la demanda de la zona. “Actualmente contamos con Marcado CE en la zahorra 0-40 mm de hormigón, aunque estamos ya realizando todos los ensayos para conseguir el Marcado en más granulometrías”, explica Manuel Camacho, presidente de Recicam.
Este equipo es alimentado con una granulometría 0-800 mm. Las vigas con ferralla o los fragmentos más grandes de hormigón recibidos en las instalaciones de Numancia de la Sagra son reducidos con demoledores montados en excavadoras hasta alcanzar la fracción 0-800 mm óptima para el Kleemann MC 120i Pro.
Zona de Restauración
Tal y como se ha comentado anteriormente, Reciclajes Camacho combina la restauración de espacios mineros degradados con la valorización de residuos de construcción y demolición. En sus instalaciones de Numancia de la Sagra tiene todos los permisos administrativos en vigor para poder utilizar parte de los residuos recibidos en la restauración paisajística de los antiguos huecos mineros. Así, cuenta actualmente con varias zonas por recuperar, que suman 4 millones de m3, lo que significa que tardará aproximadamente 10 años en colmatar estos huecos y restituir el terreno a su geomorfología inicial. “El año pasado se rellenaron 500.000 toneladas, aunque cada año puede variar”, especifica Juan Manuel Camacho.
Reciclajes Camacho tiene autorizado por la administración la utilización de residuos de construcción y demolición en tamaños 0-100 mm para las zonas secas, aunque actualmente sólo estén utilizando granulometrías 0-20 mm. Para las zonas anegadas con agua se tiene autorizada la fracción 0-350 mm. “Aproximadamente, del 100% de RCD que recibimos en la planta, el 50% se utilizan para la restauración y el restante 50% para la venta.”, explica Emiliano Terciado.
“Los primeros trabajos de restauración ya han concluido en la zona justo enfrente de las plantas de tratamiento. El terreno ya se encuentra con la topografía exigida por la administración y ha quedado tan bien que nuestro vecino, fabricante de estructuras prefabricadas de hormigón, ha adquirido este espacio para hacer una ampliación de su empresa.”, concluye Juan Manuel Camacho.
El proyecto de restauración de los huecos mineros de la antigua empresa Cerámicas Hermanos Jerez en Numancia de la Sagra, Toledo, es un ejemplo más del compromiso de Reciclajes Camacho con la sociedad. Su excelente gestión, conjuntamente con su conocimiento en restauración de espacios mineros degradados, está llevando a esta empresa familiar a ser un importante referente en el sector.
RECICAM EN SESEÑA, TOLEDO
Los trabajos de restauración se realizaron en Seseña, Toledo, sobre una superficie de 36 hectáreas, concretamente en las instalaciones donde la antigua empresa aridera Aricam extraía las gravas de las terrazas del río Jarama para la fabricación de áridos. Esta empresa quebró antes de poder realizar la restauración del hueco minero, labor que llevó a cabo Reciclajes Camacho con parte del material reciclado que recibío en su planta de valorización.
La antigua explotación de áridos tenía un desnivel medio de 8 metros desde la cota de superficie, aunque en las zonas más profundas llegaba hasta los 18 m de profundidad. Así, en la zona más profunda y hasta el nivel del agua se iba depositando con la maquinaria el árido grueso autorizado por la Administración para la restauración de este pasivo minero. Una vez que se llegó hasta el nivel del agua, la cual era desalojada de forma natural mediante filtración al río Jarama, que se encuentra a 700 m de distancia, se colocó una capa de 1,5 m de fracción 20-40 mm, sobre la que se extendieron dos metros de tierra de granulometría 0-20 mm.
El propietario de los terrenos tenía, tras la restauración de la finca, la intención de plantar olivos, para lo cual necesitaba contar con una última capa de tierra vegetal de 2 metros de altura. Para ello, Reciclajes Camacho tenía acopiados más de 145.000 m3, unas 203.000 t de tierra vegetal en la zona, que fue utilizando para reponer los dos metros de material que fueron necesarios para dejar el terreno en perfecto estado.
Para el trabajo de restauración del hueco minero de Seseña se utilizaron 3 millones de m3 (5,5 millones de toneladas) de áridos reciclados.
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